Decepción. Esa puede ser la palabra que mejor resuma la tarde de toros de ayer. Los toros de "La Quinta" parecían llevar el freno de mano echado y poco a poco se iban apagando, todos sin excepción. El aficionado se desquiciaba al ver semejante comportamiento del ganado, y los toreros, verdaderamente, poco o nada pudieron hacer, incluso el gran maestro Ponce, acabó encarándose con parte de los tendidos.
Foto: Ángel Álvarez |
Enrique Poce comenzaba la terna y recibía a su primero con unos capotazos bien ligados, pero poco más. Su cuadrilla andaba algo más fina con las banderillas y así se vieron buenos pares. Con la muleta, algunos pases fieles a su estilo con otro par de circulares que agradaron al público. Estocada un tanto caída y dos descabellos. Su segundo toro, entró bien al caballo y allí se quedó. Cuando el animal tuvo a bien de hacer caso al torero, se dedicó a pasar del personal arremetiendo contra el otro piquero de puerta ante el desconcierto del público. Pero ahí no quedaba todo, porque Ponce tuvo que lidiar algo imposible. El toro no permitía en ningún momento que le diera ningún muletazo, lo que le hizo "perder los papeles" encarándose con el público. Terminaba su faena con varios pinchazos "a la carrera", cinco descabellos, aviso y bronca general del respetable.
Foto: Ángel Álvarez |
"El Juli" trató de agradar visto lo que había, pero se encontró con más de lo mismo en sus dos toros, los cuales se emplearon un poco en varas, apagándose en el tercio de muleta. Julián lo intentaba por alto varias veces pero los toros no querían de ninguna manera. El Juli, "de puntillas" y desapercibido con tímidos aplausos.
Foto: Ángel Álvarez |
Terminaba la terna, El Cid. Recibía a su primero con muchas ganas consiguiendo unos bonitos lances de capote llevándose al morlaco a los medios y arrancando los primeros aplausos de la tarde. Con la muleta, arrancó varios derechazos rematando de largo pero el toro no daba para más. Su segundo, fue un toro de los llamados "tobillero", buscaba y se revolvía bruscamente consiguiendo desesperar al torero. Trató de ligar algunos pases con mucho esfuerzo, esfuerzo reconocido por el público que le obligó a saludar al terminar su faena.
Resumiendo, decepcionante la ganadería y bronca monumental para el ganadero.
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